Es un pabellón de ferias, pero parece un jardín o una sinuosa alfombra mágica, transparente y ligera. Ésa es la idea sobre la que gravita el diseño ganador del edificio ferial, con el que contará la ciudad en el plazo máximo de tres años y que servirá para reactivar su músculo empresarial y acoger las ferias en recintos más cómodos y dignos. Jacob García y José Jaraíz son los jóvenes arquitectos madrileños (tienen 29 y 30 años) que verán erigirse lo que hasta el momento son sólo recreaciones de papel. Es su primer gran proyecto, un gran empujón en su carrera, y pretende convertirse en una referencia en la ciudad, un edificio emblemático. Han sido seleccionados en un concurso organizado por Ifeca (Institución Ferial Cacereña) en el que ha participado el Colegio Oficial de Arquitectos de Cáceres y al que han concurrido 94 estudios, de los que 15, incluido el proyecto ganador, han recibido premios, accésit o menciones.
El árido recinto ferial modificará su apariencia con este inmueble, de 7.700 metros cuadrados, la mayor parte dedicada a zona expositiva y construido en una planta de altura. «Nuestra idea es crear un espacio exento de cualquier estructura, diáfano y con muchas zonas verdes», resumió en conversación telefónica Jacob García. Por la mañana el arquitecto municipal, Santiago Murillo, se encargó de diseccionar todos los detalles del edificio. Tiene forma de paralelepípedo (un poliedro de seis caras), y su estructura es de «caja dentro de otra caja más pequeña de dos plantas de altura en la que se alojan almacenes, oficinas y elementos de servicio y comunicación». Todo queda integrado en un mismo espacio. Además de la zona expositiva contará con sala para congresos y la idea es que, además de ferias, se puedan llevar a cabo otras actividades, como conciertos o acontecimientos deportivos. Será un edificio multifuncional. Su fachada será de cristal y envolverá el edificio desde el suelo y hasta el techo y por sus cuatro costados.
Orgánico
La cubierta es ajardinada, y en uno de sus extremos se sitúa una cafetería que tendrá vistas a ese jardín «aéreo» que se construya en la parte superior, que podrá dar cabida a exposiciones al aire libre. Esa cubierta es ligeramente ondulada, de ahí el nombre de alfombra mágica, una forma muy gráfica de describir esta techumbre. La parcela en la que se enmarca este recinto también contará con jardines, habrá aparcamientos, zona de carga y descarga y un espacio libre también para exposiciones. En la linde del edificio se construirá una colina con el material resultante de las excavaciones para el pabellón. Este promontorio se concibe como un espacio en el que se pueda pasear y transitar durante las ferias. Un lugar de descongestión. El diseño, según Murillo, «traduce la voluntad de construir más un jardín que un edificio». La fachada se diluye y las columnas son ligeras, de manera que casi se confunden con el espíritu orgánico que parece inspirar este proyecto.
La alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, destacó el buen nivel general de calidad de los diseños presentados, con «soluciones muy creativas, muy ingeniosas y muy válidas» Del ganador, dijo que ofrece «las mayores y mejores aportaciones». El jurado, compuesto por cinco arquitectos, además de la representación de la Ifeca, ha tenido en cuenta la calidad arquitectónica global, su carácter innovador, su viabilidad funcional, su imagen eficaz para la feria de Cáceres y que se convierta en un edificio emblemático.
El plazo de ejecución es de tres años, aunque antes de que empiece su construcción debe abordarse el rediseño del recinto ferial. Este pabellón es una vieja demanda de la ciudad, con un calendario que incluye media docena de ferias, algunas de las cuales ocupan el pabellón deportivo Juan Serrano Macayo o se celebran al aire libre.
El importe total dedicado a este edificio es de 5,1 millones de euros, y los honorarios dedicados al diseño arquitectónico asciende a 170.000 euros más impuestos.
Fuente: Hoy.es-CRISTINA NÚÑEZ